miércoles, 25 de junio de 2014

Viejo en el mar

Me voy a morir en el mar azul, profundo, quizás ni siquiera sea azul, nunca he visto el báltico, y no tengo idea de cuál sea el tono de azul que posea. Moriré aplastado por los tentáculos de un calamar gigante. Seré viejo, mi barba larguísima y mi piel correosa y llena de tatuajes cuyos significados habré olvidado para entonces. Arpón en mano la bestia emergerá de las profundidades infernales, bendito el destino que me dejará ver en toda su gloria a mi verdugo.

Las olas provocadas por el azote del cuerpo de la bestia a su regreso al mar sacudirá mi bote y caeré de bruces. Los tentáculos re-emergerán alrededor de la barca como pilares lovecraftianos. Tomaré el arpón, vieja lanza marina oxidada y partemadres que ya habrá sesgado la vida de incontables criaturas marinas.

Los tentáculos se enredaran en el bote y constreñirán la madera 
hasta despedazarla. Yo caeré al mar con el arpón en mano, la verdad es que nunca tuve oportunidad contra ese rival.
Al intentar asirme de un trozo de madera sentiré un tentáculo rodeando mi cintura, los ganchos en cada ventosa desgarrando ropa, piel y órganos internos.


Finalmente me llevará a quince nudos, cálculo, con dirección a las profundidades. Combatiré a la bestia atravesando el tentáculo que me habrá atrapado con el arpón diez o quince veces antes de perder las fuerzas a causa de mi estómago hígado y costillas molidos. Al soltar el arpón levantaré la mirada para ver la luz desapareciendo devorada por la oscuridad y el silencio en los que flotaré por siempre.

lunes, 31 de marzo de 2014

poema en distancia

Ahí estás
despierta a las siete de la mañana
pensando, haciendo, no sé qué,
no sé
evocandome los gerundios del día sin darte cuenta.

Te imagino sentada
la sala desolada,
Te acompañan:
un café o un jugo de naranja
al costado de un pan trasnochado,
tu celular, tu cuaderno, tu pluma negra.
Imagino que me imaginas:
dormido,
trazando trayectorias oníricas
con mis brazos en el colchón,
Mi ciego despertar cegado por el sol filtrado de mi ventana.

¿Me imaginaste?
¿Me pensaste?
No lo sé
¿Quizás lo hiciste al morder una manzana
o al escuchar llover?
¿Quizás al leer esto que te envié?
Quizás no lo dejaste de hacer

viernes, 14 de marzo de 2014

Flores

Ella tenía flores en el brazo derecho. Rosas de tinta y noche.
Por la mañana antes de que despertará su néctar era recogido por los colibríes mecánicos con el, polinizaban las flores invisibles que flotan sobre las cabezas de los poetas.
Un día los colibríes se percataron de las flores del brazo izquierdo, de flores de lapislázuli, carmín y sol. Decidieron que las polinizarías, aunque no sabemos si con los versos o los besos de un poeta de pacotilla que vivía no tan al norte de la ciudad

Flore de carne y sangre

Noche de abril;
La calle 20;
Ella camina, tras de ella la densa estela de su patética existencia;
Ella frente a ella.

El revólver frente a ella:
Sus miradas encontradas.

Ella jala del gatillo.
Flores de carne y sangre que florece entre sus pechos generosos.

Charco de sangre, aceite y tierra,
Los gatos se jiban con la carroña

Un día hermoso que asoma trás los cerros.

en mi casa vive una bruja

En mi casa vive una bruja. Es muy vieja, viejisima, antigua, antiquísima. Se le pueden oler los milenios acumulados en los pliegues de la ...