Corriendo a la velocidad maxima que permite la anatomia humana no entrenada y un par de converse mugrosos, mas gastados que el peso mexicano, iba aquel preparatoriano, la deteminacion en los ojos, la adrenalina fortaleciendo sus musculos y tendones, los poros transpirando hasta el alma.
No se iba a dejar atrapar, jamas lo permitiria. Esa era la idea constante en cada latido de su acelerado y atemorizado corazon.
Extrañamente huía sin saber quien era su perseguidor, corria con toda la fuerza de su ser, no miraba atras, solo sabia que estaba atras de el, a ratos pisandole los talones, casi resoplando sobre su nuca, a ratos dejandolo calles atras, a punto de perderlo, pero solo el tiempo suficiente para recobrar un poco el aliento.
Se sobrepuso a cada obstaculo. trepo bardas, toreo autos, subio por arboles y corrio entre las azoteas una colonia entera. Se barrio debajo de remolques de carga y trepo al techo de los camiones publicos.
Empezo la persecucion fuera de la escuela. Estaba en la esquina esperando el camion y reuniendo valor para acercarse y dirigirle la palabra a aquella morena de ojos asesinos. Pero antes de intentar cualquier movimiento, sintio aquello.
Aquella presencia avanzado hacia el. Una presencia abrumante, tan inmensa como terrorifica. Sentia que daba pasos y acada paso el miedo lo invadia un poco mas.
Corrio de extremo a extremo de la ciudad buscando alejarse de esa presencia, intentado burlarla, pero no podia.
El dia transcurrio en ese ir y venir por las calles de la ciudad. El sol atraveso el cielo y burlonamente comenzo a ocultarse tras las montañas.
Apenas el sol hubo desaparecido tras la cadena de montañas que rodean la ciudad. Sintio un dolor desgarrador en el tobillo izquierdo. cayo al suelo. se arrastro bajo la luz del unico arbotante encendido en la calle. Miro su tobillo, estaba sangrando.
Volteo en direccion de su perseguidor. Finalmente la vio. Surgiendo de entre las sombras y entrando a la burbuja de luz proveida por el alumbrado publico.
Aquella bella mujer se veia como si fuera una compañera de la escuela pero tambien podria tener la edad de sus tias, vestia converse rojos, jeans ajustados, chamarra de piel y el cabello recogido con una diadema coronada por un par de cuernos quizas, demasiado realistas. En la mano derecha una cadena atada a un bulldog.
- no creiste que no ibas a pagar, verdad? - dijo la mujer con una sonrisa
Esas palabras hicieron regresar muchas cosas a la cabeza del preparatoriano. La fiesta del fin de semana pasado, como se puso ebrio, como aquella morena habia llegado mas hermosa que nunca, recordo que la mujer de la diadema con cuernos se le habia presentado y le ofrecio una noche con la morena a cambio de una firma. Un trato que acepto, y una noche de lujuria desenfrenada que apenas recordo hasta ese momento gracias al alcohol.
Ahi estaban los tres, el preparatoriano en el suelo sangrando por el tobillo repasando los hechos del fin de semana pasado una y otra vez. La mujer de la diadema con cuernos sonriendo y con la mano extendida esperando el pago en tanto tarareaba cherry hill. Y el bulldog sentado sobre el pavimento viendo una palomilla volar de oriente a poniente.