sábado, 28 de marzo de 2009

Pas si Lucky's...


Desde el segundo piso contemplaba el espectaculo de luces originado por las batallas del centro de la ciudad, periferia y colonias populares, asi como de las vialidades mas importantes de la metropolis.

De todos los flancos se escuchaba el sonido lejano, a veces un poco mas cercano, de bombas y metralla.

Cigarro entre anular e indice, le daba el ultimo toque al ultimo de la cajetilla.

Salio sin importar que durante los ultimos minutos el sonido de camionetas a toda velocidad y pistolas siendo vaciadas se hubiera acercado un poco al barrio.

Camino tranquilamente bajo la luz amarilla de los arbotantes en direccion de la tienda de Don Vicente, el anciano casi senil e inservible para todo salvo atender en el negocio que le habia sido heredado por su padre hacia medio siglo. Sin importar lluvia, tolvanera, calor, frio o balacera, la tienda de Don Vicente estaba siempre abierta hasta las 11 de la noche. Ademas era la unica tienda del sector que vendian tabaco tostado. Tambien se llevo un litro de leche y un paquete de kool aid sabor fresa.

Los sonidos de combate se seguian acercando.

Penso en llegar a comprar una pizza en la panaderia de Don Marcelino pero estaba cerrada, tendria que inventarse algo de cenar.

El viento soplaba tenue y fresco, pero los sonidos del enfrentamiento armado incrementaban su intensidad a cada paso, sonidos que destrozaban la belleza de la noche en la zona centro.

A la vuelta de la esquina encontro con horror, dos comandos enfrentandose en lados opuestos de la cuadra, vaciando municiones, una neblina de humo daba a la escena un toque onirico, gritos de dolor de los heridos, sangre corriendo por el pavimento, pedazos de las fachadas de las casas volando por el impacto de las balas.

No le gustaba la violencia, no le gustaba que dañaran el barrio que tanto queria.

Saco un cigarro, el primero de la cajetilla, lo encendio. De un toque con el que consumio la mitad, sin exhalar dio el segundo toque para consumir el resto del tabaco hasta el borde del filtro.

De la boca exhalo lentamente el humo del cigarro recien fumado, humo que se expandia en el espacio segun ecuaciones arcanas, describiendo angulos no euclidianos, desplazandose d a raz del suelo y subiendo casi hasta la altura de los arbotantes.

El humo se movia como si danzara al ritmo de una musica inaudible. Al mismo ritmo se desplazo danzante y burlonamente hasta los cuellos de cada uno de los pistoleros involucrados en la batalla.

Con el mismo ritmo el humo rompio los cuellos, extrangulo, corto y decapito a los pistoleros.

En cuestion de pocos segundos el sonido de los cuernos de chivo fue reemplazado por el de gritos ahogados finalizando en silencio sepulcral.

El humo se disipo.

Tosio un poco y continuo el camino de regreso a su casa sorteando la multitud de nuevos difuntos y pensando que el tabaco realmente mata.

En otros puntos de la ciudad la guerra del submundo continuo toda la noche, enmarcada por el olor de jazmines de primavera, polvora y sangre.

martes, 10 de marzo de 2009

En mardi (le commence d'une historie encore bizarre)


Desperto con el mismo sentimiento con que se durmio, un extraño desconcierto arraigado detras del esternon y que se expandia hasta el frente del hipotalamo, este sentimiento le hacia palpitar casi todo el cerebro salvo el lobulo frontal. Sin duda una sensacion extraña.

Regaderazo como de chanate, cafe con sabor a agua de calcetin (nunca aprendio a hacer cafe) ponerse el traje cafe de todos los martes y un huevo estrellado con catsup. Sentado en la mesa de la puerca cocina le dedico un par de minutos a analizar la sensacion que estaba experimentando.

No mas de dos minutos, tenía bien establecida la rutina de lunes a viernes y desviarse mucho de esta podía significarle llegar tarde al trabajo y perder una hora de paga.

Subir en el chevy noba 72 modificado por el tiempo con carburador de media garganta, color oxido, llantas lisas, y suspension inexistente, dios hacia el milagro diario de hacer que dicho armatoste arrancara y que gastara menos gasolina que un atos del año al precio de no subir de 50km/hr

En el trabajo igual que en su casa por las mañanas, le esperaba otra rutina, saludar a todos los compañeros, encargar gorditas para almorzar, dos de chicharron y una de huevo. Tomar una taza de cafe, por cierto aun peor que el suyo, junta con el jefe del departamento, cagar, comer las gorditas en el laboratorio de comunicaciones, avanzarle a los reportes. Una vez pasada la comida, jugar tetris en internet, fumar en la azotea del edificio, cagar, trabajar un poco mas, checar de salida.

Todos los dias era igual, pero ese martes en particular, al momento de checar la salida de ese día, la sensacion detras del esternon extendida hasta el cerebelo aumento su intensidad, el desconcierto aumento al punto de sofocacion.

Apenas podia respirar, corrio como pudo fuera del edificio, la sofocacion se convirtio en sed, una sed que le carcomia el cogote y hacia colapsar las paredes de la garganta.

Lo mas cercano al edificio era un cafe en la acera de enfrente.

Entro corriendo a dicho cafe, que por dentro mas parecia antro, en uno de los salones una banda tocaba estridentemente. En la barra pidio "lo que fuera" dos segundos despues se estaba empinando una botella de cerveza oscura.

La sed se calmo, mas tranquilo se dio cuenta de que el sonido estridente de aquella musica, mitigaba la sensacion detras de su esternon extendida hasta el cerebelo.

Se acerco a la banda, frente al escenario donde un par de docenas de jovenes bailaban en circulos, chocando unos contra otros.

Intento regresar por donde vino, pero en cuanto giro su mirada se encontro con la de una chica vestida de negro, cabello bien arreglado piel blanca, y mirada encantadora. La chica le sonrio, el sonrio por inercia.

La mujer camino hacia el. Frente, acerco su cabeza y le susurro algo al oido, algo que el fue incapaz de entender dado el volumen excesivo de la musica, ignorantemente asintio, ante lo cual la mujer comenzo a bailar junto a el, el intento seguirle el paso a como sentía la musica.

Una cancion despues, la mujer mas bella que con la que hubiese bailado en toda su vida lo arrastro por la corbata al segundo piso del bar/cafe/antro/sala de conciertos y lo metio en el baño.

En la intimidad de un excusado abuso de el, lo monto, lo hizo sangrar , casi le arranca pedazos de piel. El hombre solo se dejaba hacer, no le quedaba mas, era incapaz de resistir la piel de aquella mujer.

Una vez consumado el acto, la mujer mas bella que hubiese tenido jamas le susurro al oido que lo esperaba afuera del bar para continuar en su "depa"

Como pudo se arreglo, bajo por las escaleras, y camino fuera del bar, desafortunadamente para el, en el camino de salida choco con el punk mas grande y brutal contra el que jamas hubiese chocado, aun mas desafortunadamente le hizo derramar la cerveza.

Dicho acontecimiento detono en tiempo de 3.6 segundos una batalla campal dentro de aquel establecimiento, una verdadera pelea de bar, botellas volando por todo lo alto, golpes de un lado a otro, uno que otro grito de kung fu, el sonido de mesas rompiendose, navajas siendo desenfundadas, cadenazos, huesos rompiendose y dientes cayendo al suelo.

Nuestro protagonista recibio de parte del brutal punk un puñetazo directo a la frente que lo derribo y lo llevo a la barrera de la inconciencia.

Primero saco el brazo izquierdo hasta el hombro, despues el otro, una vez estuvieron fuera los dos brazos, extendio la avertura del craneo para sacar la cabeza, luego el torzo bien formado, y las largas piernas.

Solo el punk brutal presto atencion al nacimiento de aquella imponente brunette, muy bien formada de 1.65m, de la cabeza de aquel tipo extraño. Una vez que la brunette se vio a si misma e hizo conciencia de la situacion ejecuto dos movimientos que bastaron para noquear al punk.

Diez segundos para despojarlo de su ropa, y otros cinco para ponersela. En tanto el resto de los parroquianos del bar estaban muy ocupados partiendose la madre como para prestar atencion, a excepcion de la banta que seguía tocando.

La imponente rubia vestida de punk, tomo a nuestro inconciente protagonista, lo llevo afuera, hasta el auto encendido de la mujer mas bella que hubiese visto jamas.

- Tratalo bien - Dijo la brunette acomodandolo en el asiento del copiloto ante la mirada extrañada de la mas bella mujer que jamas hubiese visto. Acto seguido regreso al bar para seguir partiendo madres.

La mujer mas bella que jamas hubiese visto miro con ternura a nuestro protagonista y metio el acelerador a fondo mientras decia;

- Por cierto, me llamo Mardi -

En tanto, dentro del bar la batalla había terminado, ahora cantaban, codo con codo una brunette vestida de punk y un punk semidesnudo, what a wonderful world, version The Ramones.

en mi casa vive una bruja

En mi casa vive una bruja. Es muy vieja, viejisima, antigua, antiquísima. Se le pueden oler los milenios acumulados en los pliegues de la ...