Noche de rumba

        
Ella lleva tacones, yo llevo un revólver. Me reconoce.
Disparo y el mundo se detiene. Su cabeza se convierte en arte abstracto sobre la pared.
El tiempo retoma su curso. Cae.
Los parroquianos gritan; se empujan para escapar del minúsculo bar. Respiro.
El bar vacío. Dejo la pistola sobre la barra.
Me sirvo una cerveza. Cambio la música
Espero. Otra cerveza, un cigarrillo.
El interior del bar se ilumina con las luces de las patrullas. Saco el segundo revolver. Lo reviso. Uno en cada mano.
La voz ronca y achilangada de los municipales me ordena que salga.
Obedezco. Camino a la salida.
Los reflectores me ciegan.
- Baja las armas y coloca tus manos detrás de tu cabeza -
No me muevo
- Baje las armas -
Levanto los brazos y apunto.
 - Baje las armas o.. - disparo en dirección de la voz. Escucho un cuerpo golpeando el suelo.
Abren fuego contra mi.
Cada bala quema, siento como se abre mi piel.
Me gusta la sensación. Destrozan mi rodilla izquierda y la quijada.
Vacío mis pistolas, recargo sin que pare la lluvia de balas sobre mi.
Respiro.
Veo mi cuerpo destrozado.
Apenas algunos jirones de carne sostienen la pierna izquierda. Mi rostro es el de esqueletor. Me falta un ojo. Pero a los municipales les fue peor.
Guardo mis armas.
Me arrastro hasta una de las camionetas
Reviso la lista, dos polis están en ella.
Enciendo un cigarrillo. Arranco.
Quedan quince. Será una noche larga

Verano en los altos

Y esa noche fue nuestra,
y muchas otras noches también lo fueron,
pero esa fue la primera de un frío verano,
de un alto verano,
de un verano cuando todavía éramos jóvenes

En ese verano
la selva se abrió a nuestros pies
las cascadas lloraron con frenesí
y fue el vino, el potch y la cerveza
lo que llenó nuestros vasos y nuestras botellas
y bailamos jazz durante la noche
con movimientos convulsionados,
le prendimos fuego a las piedras
para exhalar el humo morado del hash
y nadamos en los ojos ilegales de una dama-niña,
caminamos por sobre la sangre derramada,
por donde los dioses caminaron,
por donde se alzaron gritos libertarios,
por donde los callaron,
por donde cayeron olvidados,
y bebimos café en el fin del mundo
y comimos tortillas amarillas

Cruzamos infinidad de veces la noche
La fría noche, la noche lluviosa
La noche borracha, la noche caliente
La noche drogada, la noche hambrienta
La noche hambrienta de fiesta
La noche sedienta
La noche sedienta de alcohol
La noche seducida
La noche acaramelada
La noche perdida
La noche reprochada
La noche sangrienta
La noche solitaria
La noche enfermada

Fue un buen verano
Que murió en un avión destartalado
de regreso a nuestra vida
A nuestra trágica y dolida vida,
a nuestra aburrida y poco fría vida,
pero aquella fue nuestra noche
nuestra primera noche
cuando todavía éramos jóvenes

Tres poemas pinchis para Aleida

Poema pinchi para Aleida n° 1

Mira pinchi Aleida
te hago un poema porque me da la gana
aún si me mientan la madre tú y tu hermana

Me importa un pepino si lo rechazas
o te lo tatuas en las nalgas

Aquí tienes tu poemita
la mitad son chingaderas
la otra son cosas bonitas.



Poema pinchi para Aleida n° 2

Eres mujer de discreta vulgaridad:
rayas la madre con sutileza
sin que nadie se de cuenta
cuando tu charla esconde
vilezas y alguna secreción corporal
trompas de falopio y sangrado anal



Poema pinchi para Aleida n° 3

Aleida la de la mirada tierna
Aleida la que no para de reír
Aleida la que habla con inocencia
Aleida la que se sienta junto a ti

Aleida la que tuitea poemas
Aleida la que bebe café
Aleida la que toma cervezas
Aleida con corazón de nuez

asphalt

And so I jump to the asphalt, 
into the mist and the cold dark night
crushing the silence while yelling insane
slashing the darkness with my lonely led light
sumoning horrors of inhuman shapes 
dreaming of sleeping under willow trees
dreaming of poetry and story telling
dreaming of the scent of rain
dreaming and facing the demons ahead

¿Qué le pasó al profe Elias?

El profe Elias no podrá venir a dar clases. En cambio seré yo su nueva maestra. Por si tienen dudas del paradero del profesor es muy sencillo y hemos de aclararlo en este momento para que futuras pesquias no entorpezcan el proceso de la clase.

El profesor Elias, en un viaje de placer por la frontera noreste tuvo un pequeño altercado en un parque público localizado en Laredo, Texas. La versión oficial dice que una fuga en la tubería de gas provocó una explosión que evaporo el parque entero. Aunque acá entre nosotros. La versión real nos dice que un prototipo de super soldado animal del gobierno norteamericano escapo 16 horas antes de que el profesor llegara al parque mencionado.

Por azares del destino el Calamar Robot prototipo llegó hasta el lugar mencionado. En donde desató una oleada de destrucción sin sentido. El profesor Elias, humanista y filántropo, fue incapaz de buscar refugio mientras la criatura ponía en peligro la vida de cientos de personas inocentes, por lo que le hizo frente sin más armamento que un bat de baseball.

Quisiera decir que aquello fue una batalla épica en la que el profesor detuvo con su sacrificio al monstruo, incluso quisiera poder decirles que venció y se convirtió en un héroe de estándares internacionales. La verdad es que no tuvo oportunidad de darle ni siquiera a un golpe al Calamar Robot, pues esté lo devoró en cuanto lo tuvo lo suficientemente cerca.

Posteriormente el calamar, junto con el resto del parque fue vaporizado por un misil teledirigido. No quedó nada del profesor, ni del calamar ni del parque. Y por esa razón yo tomaré las clases del profesor hasta que consigamos un remplazo permanente.

Muy bien clase, saquen el libro en la página 84 y leamos en voz alta las instrucciones.

Propongo la constitución de la Secretaria de Lectura, que se encargue de aumentar los números de lectores y libros leídos en el país. Al menos hasta el punto en que la estadística no nos humille como nación.

La secretaria de Lectura tendría a su cargo la tarea de realizar campañas e implementar estrategias de fomento a la lectura, generar subsidios para la compra-venta de material publicado, promover la difusión de las letras nacionales y su progreso, y en un nivel un tanto menor la creación de los lectores profesionales.

Los lectores profesionales serán personas que dedicaran sus ocho horas a devorar y disfrutar de la más variada literatura mundial. Ellos serán quienes de una manera más inmediata aumentarán los niveles de lectura percapita del país.

Si bien esta propuesta busca la creación de mi trabajo ideal, no está por demás analizar los tantos otros beneficios que traería a la nación.